miércoles, 28 de octubre de 2009

PAZ INTRIOR, PAZ ENTREMEDIA Y PAZ ENTRE TODOS




La creación de la paz mundial se parece mucho a la consecución de la paz en la familia. Estamos aprendiendo a curar a las familias, y podemos curar este aprendizaje para curar al mundo. Nuestra familia mundial es disfuncional y, de hecho, funciona con los mismos problemas que afectan a cualquier otra familia disfuncional. En muchos otros gobiernos, el poder se concentra en una persona o pape; la identidad es percibida en términos de coformidad y obediencia, y la autonomía esta sujeta a la aprobación de otra persona.
Dentro y entre los distintos países, los conflictos suelen resolverse con inculpaciones y castigos; alcanzan las soluciones por decreto, amenaza, fuerza, y evitación. La confianza suele ser traicionada y , por tanto, esta sometida al recelo. Las relaciones tiene su fundamento en la dominación y sometimiento.
Como la mayoría de las personas crecen con estos aprendizajes, no es sorprendente observar que la mayoría de los dirigentes del mundo las pongan en practica. Mediante las crisis de guerra, hambre y las depreciones económicas, la familia mundial nos pide ayuda como lo haría la familia disfuncional que manifiesta su sufrimiento en lo síntomas.
Me pregunto que sucedería si de pronto, en una noche, los cinco mil millones de personas que pueblan el planeta aprendieran los principios esenciales de vivir con congruencia:
Comunicarse con claridad
Cooperar en lugar de comptir
Capacitar en vez de subyugar
Fortalecer la exclusividad individual en lugar de catalogar
Utilizar la autoridad para dirigir y alcanzar “lo adecuado”, en vez de obligar a la obediencia mediante la tirania del poder.
Amar, valorar y respetarnos plenamente.
Ser responsable personal y socialmente
Utilizar los problemas como retos y oportunidades para encontrar soluciones creativas.
CREO QUE DESPERTARIAMOS A UN MUNDO MUY DISTINTO, UN MUNDO DONDE LA PAZ SERIA POSIBLE.

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